Te presento a Daniel, el gran mago de las palabras.
El abuelo de Daniel es muy aventurero y este año le ha enviado desde un país
sin nombre, por su cumpleaños, un regalo muy extraño: una caja llena de letras
brillantes.
En una
carta, su abuelo le dice que esas letras forman palabras amables que, si las
regalas a los demás, pueden conseguir que las personas hagan muchas cosas:
hacer reír al que está triste, llorar de alegría, entender cuando no
entendemos, abrir el corazón a los demás, enseñarnos a escuchar sin hablar.
Cuentos para niños
Daniel y
las palabras mágicas.
Daniel
juega muy contento en su habitación, monta y desmonta palabras sin cesar.
Hay veces
que las letras se unen solas para formar palabras fantásticas, imaginarias, y
es que Daniel es mágico, es un mago de las palabras.
Lleva
unos días preparando un regalo muy especial para aquellos que más quiere.
Es muy
divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un buenos días,
preciosa debajo de la almohada; o cuando papá encuentra en su coche un te
quiero de color azul.
Sus
palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir
bien: gracias, te quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.
Daniel
sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la
cara de felicidad de la gente cuando las oye.
Sabe bien
que las palabras amables son mágicas, son como llaves que te abren la puerta de
los demás.
Porque si
tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te pregunta: ¿quieres
intentarlo tú y ser un mago de las palabras amables?
FIN
Cuento de
Susanna Arjona Borrego, España.